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La pobre Alemania

Queridos lectores hoy, 10 de julio de 1932, en esta  mi habitual columna, como todos los domingos, os presentaré una noticia rompedora y esta vez, todo el proceso evolutivo de esta noticia. Es decir, los problemas anteriores.

 

Me llena de orgullo y satisfacción comentarles que finalmente, ni mas ni menos que ayer, Estados Unidos ha firmado el plan de Lausana.  Por virtud del cual se le exiimirá a Alemania  de tener que pagar ninguna reparación de guerra más. Esto es,  los impuestos por haber sido juzgado el culpable de la guerra.

Esto es un increíble paso hacia la paz mundial y al bienestar de todos los países. Es además el ultimo escalón necesario para la recuperación económica alemana.

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Ahora queridos lectores, os refrescaré la memoria y os pondré en contexto:

Nos remontamos 12 años atrás en el tiempo, a 1920; Alemania arruinada por la guerra mundial, considerada culpable de la misma y obligada a seguir los decretos del Tratado de Versailles, el cual es llamado por alemanes “diktat” que significa imposición. Este tratado recogía que Alemania tendría recortes territoriales, entre los cuales se encontraban las polémicos territorios de  Lorena y Alsacia. Los cuales tuvo que donar a Francia, acompañadas de las minas de Sarre; A nivel militar también salió perjudicada ya que le hicieron suprimir el servicio militar obligatorio y reducir sus ejércitos al mísero número de 100.000 hombres, ya que de este modo los países vencedores se curaban en salid de que Alemania se revelara. A nivel económico Alemania se vió encerrada en la miseria, tremendamente oprimida en ella, ya que no solo tenía que reconstruir el país, arrasado por la guerra y pagar sus propias deudas de guerra sino que también tenia que pagar las estrictas reparaciones de guerra impuestas por los vencedores en el anteriormente mencionado tratado.

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Alemania pudo mantenerse al día con los pagos  hasta finales de 1922, donde se retrasó con los pagos y la resentida Francia, ni corta ni perezosa, apoyada por su alíada Bélgica invade Ruhr, una productiva cuenca de Alemania esencial para su economía ya que era una zona rica a nivel industrial. Si Alemania ya se encontraba mal, al quitarle uno de los pilares de su economía, se encontró aun peor, esta puñalada francesa desencadenó en una hiperinflación alemana.

 

A todo esto, Dawes, un estadounidense, ideo un plan, como su nombre indica, El plan Dawes, mediante el cual se le concedió a Alemania unas cuotas más cómodas para pagar sus deudas y una serie de créditos concedidos por Estados Unidos para afrontar las mismas.

Mas esto, Estados Unidos no lo hacia porque fuera muy bueno y caritativo sino porque de este modo el también salía beneficiado y sí amigo, ahora mismo estarás tu sentado en el sofá de tu casa leyendo mi truculenta columna diciendo.: “¿Qué narices dice este? ¿Qué beneficios puedes sacar dando tu dinero como si creciera en los arboles? pues no te enfurezcas mi fiel lector, que yo, te resuelvo tus dudas.

El supuestamente altruista de Estados Unidos le prestaba dinero a Alemania ya que de este modo este podría pagar sus deudas con los estados europeos y asimismo, estos podrían pagar los doce mil millones de euros que tenían en deuda con Estados Unidos y así el dinero multiplicado regresaba a la potencia mundial de entonces y de hoy en día, mayo de 1932.

 

Volviendo al Ruhr, para beneficio alemán, este fue desocupado en 1925, tras 3 años de ocupación francesa y siendo así se firmaron los acuerdos de Locarno en que se recogía un decreto de paz internacional.

Más tarde, en 1929 se puso en marcha el Plan Young en el cual se le redujo el importe de las anualidades de reparaciones y finalmente en el  junio de este año del señor de 1932, con la Conferencia de Lausana, se le ha puesto fin a las indemnizaciones.

 

Y bueno mis lectores si habéis llegado hasta aquí ahora sois un poco mejores economistas y como todos los domingos, me encontrareis en mi columna para convertiros  en aun mejores economistas. 

 

Atentamente,

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Sofía Ramos

Economista e historiadora

Invasión del Ruhr
Hiperinflación
Mr, Dawes
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